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Capítulo 8

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Una jugada del último partido que se celebró con la existencia de la vieja tribuna de madera de los Campos de Sport. Curiosamente, fue el Real Madrid quien se despidió de esa tribuna, con la circunstancia de que más tarde este mismo equipo saludaría a la nueva de cemento.

HISTORIA / Cap. 8 Regreso a la División de Honor

Casi sin esperarlo se formó un buen conjunto, efectivo y acoplado, que fue capaz de retornar a Primera División por méritos propios. Para ello se dieron dos factores que contribuyeron juntos a ese positivo resultado: el acierto en la contratación de nuevos jugadores, y la subida al primer equipo de un puñado de jóvenes de la cantera, que en los años anteriores habían demostrado su valor y condiciones en el equipo filial del Rayo Cantabria. El ciclo fue corto, exáctamente un trienio. En la primera, se forma un equipo muy homogéneo, que compite con éxito por el ascenso. En la segunda, sin apenas modificaciones en la plantilla, simplemente con la mayor veteranía, experiencia y compenetración de los componentes de la misma, el equipo cumple una excelente campaña en la categoría de los elegidos del fútbol español.

 

En la tercera se repite, una vez más, el mal endémico de los equipos con recursos económicos escasos: los jóvenes valores son vendidos para equilibrar presupuestos, y sus vacantes son ocupadas por jugadores de dudosa eficacia, muchos de ellos de vuelta de otros equipos en los que no han conseguido triunfar. Esto, junto a otros factores, aboca una vez más al Racing a un nuevo descenso de categoría. Las causas son siempre las mismas: se abandona y desprecia por sistema al joven valor de la cantera local, en el que sólo se ven defectos y no se aprecian virtudes. Entonces se hacen inversiones en jugadores extranjeros o de otras regiones, que aparentemente están más hechos, pero que en realidad son aquellos que no han triunfado en sus lugares de origen, ya que es casi imposible que con las disponibilidades económicas del Racing se puedan adquirir los servicios de jugadores foráneos de calidad contrastada. La adquisición de un jugador de relieve por este sistema es la excepción, siendo la regla el que con un desembolso mucho mayor se obtenga siempre un jugador de menor valía, que invirtiendo en cuidar y promocionar a los valores locales.

 

1959-60 - Diez años después, va a conseguir el Racing su tercer ascenso a la División de Honor, si no con la espectacularidad de la anterior ocasión, al menos demostrando ser el equipo más capacitado de su grupo. Aquellos años ya se habían hecho clásicas y se esperaban con ansiedad al principio de temporada, las cesiones que el C. F. Barcelona hacía a nuestro equipo. La medida era discutible, ya que los cedidos, si completaban una buena campaña, eran repescados por el equipo catalán, y la formación de un equipo un poco estable era poco menos que imposible. El nuevo preparador, Louis Hon, consiguió rápidamente acoplar los mimbres que habían puesto en sus manos, desarrollando perfectamente la táctica del 3-2-5. Como hemos apuntado anteriormente, ya desde el primer partido de Liga el Racing demostró sus credenciales y se colocó al frente de la clasificación, manteniendo a lo largo del campeonato una regularidad encomiable. Con el Racing situado permanentemente en posición de líder, se llegó al último partido en los Campos de Sport frente al R. C. Celta. Este último situado en la segunda posición de la tabla, aún tenía opciones de ascenso en detrimento del Racing en caso de vencer en El Sardinero. Por ello, el partido fue de una tensa emoción a pesar del insistente dominio del Racing, ya que éste no se traducía en goles y una jugada desafortunada o un golpe de suerte por parte de los celtiñas, podía echar por tierras todas las ilusiones de una temporada. Al final, cuando Sampedro consiguió inaugurar el marcador, saltó una gran explosión de júbilo hasta entonces contenida. El conjunto vigués empató a poco del final. No obstante, este empate fue suficiente para regresar a Primera.

 

1960-61 - Los socios del Racing y la afición en general, estaban como unos "zapatos nuevos" con el ascenso. Había, sin embargo, verdadero temor a enfrentarse con la nueva categoría. Sobre la base del equipo que había conseguido el ascenso, se introdujeron una serie de refuerzos que hicieron aumentar la consistencia de cada una de las líneas. Pasado el temor inicial de los aficionados, cuando comprobaron que había equipo para desenvolverse sin sobresaltos en la División de Honor, comenzaron a disfrutar con el buen juego desarrollado por el conjunto, hasta el punto de que hasta la vigésima jornada sólo había cedido dos puntos en sendos empates en los Campos de Sport y se encontraba excelentemente situado en la tabla clasificatoria con un positivo en su haber. Los últimos partidos son de nervios; el buen juego que ofrecía el conjunto en jornadas anteriores, ha desaparecido; aparece el desorden y no se ve al conjunto con capacidad para reaccionar. En general, el Racing había hecho una magnífica campaña y había deleitado a la afición en la mayoría de las tardes con encuentros brillantes. Sólo al final, cuando se puso en peligro la permanencia, bajó el nivel del equipo.

 

1961-62 - La vieja tribuna de madera había durado más de lo que nadie podía imaginarse. Bien embreada por su exterior, había aguantado impertérrita muchos inviernos y protegido a sus ocupantes de la lluvia, que allí empuja con más fuerza que en ningún otro sitio el viento "gallego". Durante el verano, se había construido a sus espaldas una nueva, más amplia y airosa, de cemento. La vieja fue derribada y el terreno de juego hubo de desplazarse diez metros hacia el Oeste. Era una tribuna para ver pasar por El Sardinero a los equipos grandes; pero desgraciadamente poco iba a durar la permanencia del Racing en Primera. Una campaña irregular y sin ambición, le iba a llevar a jugar la permanencia con el C. D. Málaga que al final perderíamos. En general, los partidos disputados en El Sardinero se fueron saldando con victorias mínimas y difíciles. Fue más significativa, en la mala clasificación final, la poca efectividad del equipo en sus desplazamientos, donde aparte de vencer en San Mamés en la primera jornada, sólo consiguió otros dos puntos en sendos empates a cero. 3-0 en Málaga y un pírrico 1-0 en la vuelta con lo que se consumaba el descenso a Segunda División. Y esta vez le iba a costar más que nunca volver; once largas temporadas y de ellas, dos en Tercera División.