Tres generaciones de racinguistas para celebrar el Día del Padre
José Luis, Daniel y Dani Cobo comparten sentimiento verdiblanco y la defensa de su escudo
El Real Racing Club se suma a la celebración del Día del Padre que se conmemora cada 19 de marzo y quiere felicitar a todos los padres, así como reconocer su importante labor. El club cántabro reunió en las Instalaciones Nando Yosu a la familia Cobo, que reúne a tres generaciones que comparten la pasión verdiblanca y la defensa de su escudo. Racinguismo transmitido de padres a hijos.
José Luis Cobo (1946) firmó con el Racing la temporada 1967/68 y a pesar de que no llegó a debutar oficialmente con el primer equipo (permaneció en el Rayo), realizó la pretemporada y defendió los colores verdiblancos en varios partidos amistosos. A sus 77 años reconoce que el fútbol fue su “gran ilusión”, una pasión que contagió primero a sus hijos y más adelante a sus nietos. Sin duda, su mensaje caló hondo, pues unos años después, uno de sus hijos tomó el testigo que hoy recoge su nieto, integrante del Juvenil A verdiblanco.
Daniel Cobo Rasines (1977) fue jugador del Racing en los años noventa y principios de los 2000. Entre sus recuerdos figuran sus primeros partidos en el viejo Sardinero con tres o cuatro años, pues heredó su amor por el balón de su padre. Ahora revive su pasión junto a su hijo Dani al que sigue en todos sus encuentros, incluso cuando viajan fuera de Cantabria. “Es un orgullo ver a mi hijo vestir esta camiseta, tiene la misma pasión que tenía yo cuando jugaba. Somos unos enfermos del fútbol”, concluye.
Orgullo
Dani Cobo Manrique (2005) es jugador del Juvenil A racinguista que compite en el Grupo I de División de Honor y lleva ocho años en el club. Su afición por el balompié vino por la vena futbolística de su abuelo paterno y su padre. El ‘8’ de la escuadra de Sergio Matabuena reconoce que “vestir los colores del equipo de mi tierra, defender este escudo y dejarme la vida por el Racing es todo un orgullo”. Su sueño futbolístico, como no podía ser de otra forma, es “seguir jugando en el División de Honor, llegar al Rayo Cantabria la próxima temporada y, a largo plazo, jugar en el primer equipo”.
