
Actos para niños y mayores cargados de sentimiento
Pistoletazo de salida en el Centenario del Racing
En un partido oficial poco se puede hacer. El tiempo está milimetrado, pues el encuentro ha de comenzar, de forma imperativa, a la hora señalada (21,00 horas). Eso hace que los actos que se puedan organizar deban ser sencillos, rápidos, pero, a la vez, cargados de emoción. Ese es el objetivo que cumplió el Racing. Primero, celebrar el Centenario de su primer partido; segundo, mostrar que no sólo el primer equipo es el club, sino que también lo son todos los integrantes de sus Secciones Inferiores, pues, además, son su futuro; y tercero, brindar un homenaje a nuestros padres, los fundadores y, con ellos, a todos los que han luchado y querido a este club.
Las celebraciones comenzaron por la mañana, con la misa cooficiada por el Dean de la Catedral, D. Francisco y el Arcipreste, D. José Vicente, que contaron con la ayuda inestimable de las hermanas de la Catedral y la Coral Amigos del Mar, del Barrio Pesquero. Allí, en la ceremonia, la emoción estuvo a flor de piel. Ya por la tarde, como estaba estipulado, los más pequeños pudieron disfrutar y hacer tiempo para el partido en los hinchables instalados en el Palacio de Exposiciones (a cuyo personal el Racing agradece todas sus atenciones y su cariño). Espectáculos Pin y Pon, hicieron las delicias de los más pequeños, con los castillos, las porterías, el futbolín, los espacios de control, conducción del balón y disparo, los pintacaras y los dibujos; una exposición sobre el Racing sirvió para que los aficionados que acudieron vieran, por primera vez, la camiseta del Centenario y buscaran su nombre en la elástica. Todos los niños salieron con su regalo tras ver en acción el espectáculo de canciones para toda la familia, llamado Locos por el Ritmo. ALSA se sumó a la fiesta permitiendo a todos los que quisieron subir al autobús y sentarse en los asientos que utilizan los futbolistas profesionales.
Y ya en el campo, un video que repasaba gran parte de la historia racinguista abrió el pequeño pero cariñoso homenaje del racinguismo a su equipo, en su estadio, ante su gente. Un grupo de aficionados, socios, racinguistas todos, brindaron su particular tributo al Racing. Fue espectacular la imagen de los más de 100 músicos saliendo desde la esquina, llegando al centro del campo y formando un enorme pasillo. Mientras seguían sonando sus sones, los niños de las Secciones Inferiores comenzaron a desfilar. Salieron de las dos esquinas, de Sur y de Norte. Llegaron al centro del campo y allí formaron todos los equipos.
Todo estaba milimetrado. Comenzaron a sonar los primeros acordes de La Fuente de Cacho y por la bocana del túnel de vestuarios aparecieron los primeros jugadores. Vestían la nueva equipación, la del Centenario, la que recuerda a la primera camiseta que vistió el equipo en 1913. Kelme, en un esfuerzo titánico que hay que agradecer, lo había conseguido, sumándose con este homenaje al Centenario racinguista. Tras el saludo, el Racing formó prácticamente como lo hizo el primer equipo, el que jugó el 23 de febrero pero de hace 100 años. Todos los jugadores de pie y el portero sentado. Así, los futbolistas querían realizar un emotivo gesto para conmemorar esta importante efeméride.
Y llegó el momento de los fundadores. Uno a uno, fueron saliendo los familiares de Carlos Iruretagoyena, Antonio Lavín, Vidal Gómez Frande, Diego Breñosa, Mateo Pérez, Álvaro Florez Estrada, Álvaro Zubieta, Joaquín Sánchez Losada y Ángel Sánchez Losada. Por el pasillo fueron recogiendo el cariño de todos los presentes, con un fuerte aplauso, que nunca cesó. Los jugadores del equipo cántabro les entregaron, en nombre de la entidad, una camiseta del Centenario, en donde están grabados los nombres de los fundadores. Comenzó una cuenta atrás deseada, pues con estos actos es con los que empiezan los eventos que se van a organizar para celebrar el Centenario del Racing, mientras volaban los globos verdes y blancos. Ángel Antonio, nieto del primer Presidente y fundador, Ángel Sánchez Losa, hizo el saque de honor (María Antonia, hija del primer mandatario tuvo un percance, por lo que no pudo acudir; desde el Racing deseamos que tenga una pronta recuperación).
Fue entonces cuando Los Campos de Sport temblaron. Por megafonía se solicitó una fuerte ovación para agradecer su esfuerzo y cariño tanto a los padres del Racing, como a todos los que defendieron nuestra camiseta o portaron el sentimiento racinguista muy adentro, en lo más hondo de su ser y tristemente ya no están con nosotros. Para ellos, desde estas líneas nuestro recuerdo, gratitud y admiración. Larga vida, viejo Racing.